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¿Cuáles son los principales daños que puede sufrir un neumático?

Daños de los neumáticos
07/08/2023

Los neumáticos son uno de los elementos más críticos para la seguridad vial, y al mismo tiempo, uno de los más expuestos al desgaste y los daños. El uso continuado, las condiciones de la carretera y el mantenimiento deficiente pueden provocar una gran variedad de problemas, muchos de los cuales pasan desapercibidos hasta que afectan seriamente al comportamiento del vehículo.

Problemas comunes en los neumáticos

Entre los problemas más comunes encontramos los pinchazos, cortes laterales, grietas en la goma, bultos por impactos y desgaste anormal. Conducir con neumáticos dañados no solo compromete el control del coche, sino que incrementa la distancia de frenado, afecta la eficiencia en el consumo de combustible y eleva el riesgo de accidentes. Identificar estos problemas a tiempo es esencial para evitar costes mayores y, sobre todo, garantizar la seguridad en cada trayecto.

Falta de seguridad y multas por los daños en los neumáticos

Prolongar la vida útil de los neumáticos más allá de eso puede afectar de manera negativa a nuestra seguridad, además de que, si los neumáticos están en mal estado, esto, puede acarrear una multa de 200€ y no pasar la ITV reglamentaria.

De cualquier forma, el factor principal que influye en la conservación de los neumáticos somos nosotros, los conductores. Comprobar la presión regularmente, mantener los ejes alineados o asegurarnos de que no existe un desgaste irregular, ayudara a evitar ser un peligro para la seguridad vial.

Según el Real Automóvil Club de España (RACE) y Goodyear, casi un millón y medio de conductores españoles circulan con neumáticos deteriorados. Por otro lado, datos de la DGT muestran que los defectos más comunes encontrados en los vehículos implicados en accidentes de tráfico se concentran en los daños en los neumáticos, con un alto porcentaje de reventones o desgaste excesivo.

Tipos de desgaste y causas

Uno de los síntomas más habituales de deterioro en los neumáticos es el desgaste irregular. A diferencia del desgaste uniforme, que indica un uso prolongado pero equilibrado, el desgaste de neumáticos señala un fallo mecánico, una presión inadecuada o un mal alineado de la dirección.

Entre los tipos más frecuentes de desgaste encontramos:

  • Desgaste central: provocado por un exceso de presión en el inflado. El contacto con el asfalto se concentra en la zona media de la banda, lo que reduce el agarre y aumenta la probabilidad de reventón.
  • Desgaste en los hombros: suele deberse a una presión insuficiente o a la costumbre de tomar curvas a velocidad elevada. Este patrón disminuye la tracción lateral y puede generar inestabilidad en condiciones de lluvia.
  • Desgaste en dientes de sierra: resultado de una mala alineación o suspensión desequilibrada. Se detecta por una textura rugosa al tacto y un zumbido al circular con tu vehículo. Además, este tipo de desgaste genera una vibración constante que perjudica la dirección.
  • Desgaste irregular entre ejes: aparece cuando no se realiza rotación periódica de los neumáticos. Es común en vehículos con tracción delantera, donde el eje delantero sufre mayor fricción y desgaste.
  • Desgaste diagonal o parcheado: síntoma de problemas en la amortiguación. Afecta al confort de conducción y puede derivar en daños estructurales si no se corrige.

Estos patrones no solo reducen la vida útil del neumático, sino que también afectan la eficiencia energética y el rendimiento del vehículo. Para corregirlos, es imprescindible revisar las presiones, realizar un equilibrado adecuado y verificar el sistema de suspensión y dirección.

Daños de los neumáticos

Daños causados en los neumáticos

Además del desgaste, existen una serie de daños en los neumáticos que pueden ser especialmente peligrosos si no se detectan a tiempo. Algunos de ellos son visibles a simple vista; otros requieren una inspección más detallada. Estos son los más habituales:

  1. Cortes y pinchazos

Provocados por objetos punzantes como clavos, cristales o bordillos. Aunque un pinchazo puede parecer una incidencia menor, si afecta al flanco o al talón del neumático, la reparación podría no ser posible. En esos casos, se recomienda la sustitución inmediata.

  1. Grietas por envejecimiento

Con el paso del tiempo, el caucho se endurece y aparecen pequeñas grietas superficiales, sobre todo en zonas expuestas al sol o al ozono. Estas grietas son una señal de que la goma ha perdido elasticidad y, por tanto, capacidad de absorción y adherencia.

  1. Bultos y protuberancias

Suelen producirse tras impactos fuertes, como golpear un bordillo o caer en un bache profundo. Indican la rotura de la carcasa interna y suponen un riesgo real de reventón, especialmente en autovías o a velocidades elevadas.

  1. Separación de capas

La delaminación o separación de la banda de rodadura es una anomalía grave. Se debe a un fallo estructural, muchas veces consecuencia de sobrecalentamiento, presión incorrecta o fabricación defectuosa. En estos casos, el neumático debe retirarse de inmediato.

  1. Daños en la válvula o talón

Una válvula defectuosa puede provocar fugas de aire constantes, mientras que un talón dañado dificulta el montaje y puede afectar el equilibrio de la rueda. Ambos problemas afectan directamente a la presión y, por ende, al desgaste prematuro.

Identificar estos daños de forma temprana es esencial para evitar incidencias mayores. Un neumático comprometido no solo es más propenso a sufrir un fallo, sino que también puede dañar componentes asociados como la llanta o la suspensión.

Cómo evitar los daños y soluciones ante estos daños

Prevenir es siempre mejor que reparar, especialmente cuando hablamos de neumáticos. Adoptar una rutina de mantenimiento básico puede marcar la diferencia entre un viaje seguro y una avería en carretera.

A continuación, algunas recomendaciones para minimizar los tipos de daños en las llantas y prolongar su vida útil:

  • Revisar la presión de inflado cada 2 o 3 semanas. Una presión incorrecta, tanto por exceso como por defecto, incrementa el desgaste y la probabilidad de fallos estructurales.
  • Inspeccionar visualmente el estado de los neumáticos. Buscar grietas, objetos incrustados, deformaciones o cualquier alteración del dibujo.
  • Evitar sobrecargar el vehículo. El peso excesivo incrementa la temperatura interna del neumático y acelera su desgaste.
  • Realizar el equilibrado y alineado de forma periódica. Esto evita que el vehículo “tire” hacia un lado, reduce vibraciones y favorece un desgaste uniforme.
  • Rotar los neumáticos cada 10.000 km. Especialmente importante en vehículos con tracción delantera o trasera, donde el desgaste no es homogéneo entre ejes.
  • No circular con neumáticos con profundidad inferior a 3 mm. Aunque el mínimo legal es de 1,6 mm, una profundidad inferior compromete la evacuación del agua y aumenta el riesgo de aquaplaning.

Daños de los neumáticos

En caso de pinchazo, si la perforación está centrada y no supera los 6 mm, es posible repararla mediante un parche interno. Sin embargo, si el daño afecta al flanco o presenta síntomas estructurales, se debe optar por la sustitución completa.

Asimismo, ante cualquier bulto o vibración anormal al circular, lo más recomendable es acudir a un taller especializado para una revisión integral.

La vida útil de un neumático no depende únicamente de los kilómetros recorridos. Factores como el tipo de conducción, el clima, el tipo de vías y, sobre todo, el mantenimiento, son determinantes para su conservación.

Por eso, conviene asumir que un neumático no es un gasto, sino una inversión en seguridad, eficiencia y confort. Y esa inversión comienza por una revisión periódica, una presión adecuada y una elección responsable.

Si estás pensando en cambiar tus neumáticos o necesitas asesoramiento profesional, en nuestra sección de neumáticos para coche encontrarás un amplio catálogo de modelos para cada tipo de vehículo, necesidad y estilo de conducción.

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